Mikel Astarloza completó una destacada actuación en la 48ª edición de la Amstel Gold Race. Sus 231 kilómetros en fuga, los últimos 35 en solitario, del total de 251 que presentaba la prueba, brindaron un sobresaliente protagonismo a Euskaltel Euskadi en la cita World Tour.
El pasaitarra se marchó cuando apenas se llevaban 10 kilómetros de carrera junto a Tim De Troyer (Accent Jobs-Wanty), Alexandre Pliuschin (IAM), Arthur Van Overberghe (Topsport Vlaanderen) y Johan Vansummeren (Garmin-Sharp). Cuando faltaban 46 kilómetros a meta, valiente y con un notable golpe de pedal, Mikel dejó atrás a todos sus compañeros de aventura, se lanzó en solitario en búsqueda de la gloria y resistió en cabeza de carrera hasta ser neutralizado a 9 de Valkenburg.
- Una de las escapadas más largas de las 48 ediciones de la Amstel...
- Fueron bastantes kilómetros en fuga los de ayer, sí. La verdad es que me encuentro muy bien físicamente. Aunque he hecho bastantes carreras en este inicio de temporada, en cada una de ellas he ido mejorando y he llegado a abril con un buen golpe de pedal, por lo que estoy satisfecho. El primer pico de forma de la temporada estaba planificado para abril y me estoy encontrando muy bien, a gusto. Amstel es una carrera que se hace muy incómoda en el pelotón y por eso tomé la decisión de intentar meterme en la fuga y probar desde lejos.
- O sea que para no ir incómodo, te has lanzado hacia adelante.
- Amstel son más de 250 kilómetros en los que todo el rato estamos subiendo, bajando, izquierda, derecha... Es una carrera muy incómoda para ir en el pelotón y, de verdad, se puede decir que en la escapada se va más cómodo que en el gran grupo. Por eso, salí con la idea de coger la fuga y una vez que estaba en ella, pues había que pelear. Sabes que es muy difícil, pero había que intentarlo.
- Ibais siete en la aventura, pero en 10 kilómetros te quedaste solo.
- Los siete íbamos relevando y llevábamos una renta bastante maja de 10 minutos, por lo que comenzamos a soñar con poder disputar la victoria. Pero el pelotón comenzó a acercarse y casi sin darnos cuenta, en uno de los muros nos quedamos tres en cabeza. Un poco más adelante comprobé que los otros dos no iban especialmente bien y decidí marcharme solo cuando faltaban unos 46 a meta. A partir de ese momento fue una contra-reloj individual, con el pelotón a dos minutos. Sabía que atrás habría bastante pelea, pero me lo tomé como una crono individual y hasta donde las fuerzas llegasen, a tope, al igual de los que venían por detrás. Me atrapó un septeto a diez kilómetros de meta, los más fuertes de la carrera, los que se jugaron la victoria.
- Amstel es una carrera espectacular para los aficionados, con unos desenlaces que suelen ser vibrantes, ataques, contra-ataques... ¿Dentro de la prueba, también se vive como una pequeña locura?
- Pues sí, en carrera también tienes la misma sensación, de que es una locura. En este caso, la tele lo refleja perfectamente. Son seis horas y media de esfuerzo, el cansancio se va acumulando y la historia de la carrera y el prestigio de la victoria hacen que la disputa final sea enorme. En Holanda viven el ciclismo con mucha pasión, como en Euskadi, y esta es su carrera más importante, por lo que la gente se vuelca. Esto se nota en el pelotón y por eso, todos queremos hacer nuestro mejor papel.
- Tuviste la oportunidad de ascender en solitario la cota más significativa de esta carrera, el mítico Cauberg, que estaba atestado de seguidores. ¿Qué recuerdos tienes?
- La verdad es que había mucha gente, y destacar que había muchos vascos en la cuneta, con ikurriñas... Escuchar ánimos en euskera cuando estás tan lejos de casa te hace una ilusión muy grande. Para mi, es motivo de alegría ver que la afición vasca, además de animar cerca de casa, también se desplaza miles de kilómetros por Europa, o si están por la zona, se acercan a la carrera... Es muy bonito y estamos muy agradecidos por ese apoyo.
- Tras la paliza de ayer, quedan Flecha y Lieja en el horizonte más cercano. ¿Recuperado?
- Esta semana de clásicas es bastante agradecida en ese sentido. Da tiempo a recuperar físicamente entre una y otra. Tienes dos o tres días para descansar, haces entrenamientos muy suaves, masaje, calma total en el hotel... Además, Flecha y Lieja son carreras más apropiadas para Euskaltel Euskadi, por lo que habrá que recuperar para estar lo más adelante posible y cuajar la mejor actuación.