A Gran Bikedada 2025 tendrá como principal novedad en su recorrido el próximo 9 de febrero
la subida a Monte Espiño (Moreira – Soutomaior). Una cota inédita en la prueba y también
oficialmente en el ciclismo, que acogerá el final del primero de los tres tramos cronometrados
parciales que se distribuyen a lo largo de los cien kilómetros del recorrido.
Brandan Márquez, excampeón de España de ultramaratón, inspeccionó la subida a petición
Social Ciclismo Fan Manager (entidad organizadora) y hace la siguiente valoración:
“Es un puerto atractivo; pero no sencillo. Más bien diría que tiene bastante dificultad; de esos
que se te pueden atascar y hacer un poco “pelota”, y lo suficientemente largo (6,7 km en total
y 5,3 en subida cronometrada) como para dejar huella en las piernas. Esta subida es la guinda
al recorrido en la edición del 2025”, comenta el ciclista de V Bikes.
Esta será también la máxima dificultad orográfica que tengan que afrontar los participantes en
los cien kilómetros del itinerario hasta el Encoro das Eiras (Fornelos de Montes), punto de
retorno a Vigo. Puede considerarse una especie de nudo gordiano, que va a plantear a muchos
participantes la eterna duda existencial del ciclista: subir o no subir, porque el recorrido ofrece
las dos opciones.
La otra alternativa, para evitar sus rampas, será llegar a Amoedo, segundo punto de
avituallamiento, por el camino habitual, un puerto de menor dificultad.
La subida comienza al pasar el puente San Garrido sobre el río Alvedosa (o Campelo), pero no
es hasta la salida de la aldea de Castiñeira (Redondela) cuando se comienza a tomar los
tiempos de la ascensión.
“En su dificultad- sigue diciendo Brandan, refiriéndose a la subida a Monte Espiño- tiene una
cosa buena y es que la pista, en general, está muy bien. La tierra es dura y compacta. Tendría
que llover mucho hasta como para que no presentase un buen aspecto el 9 de febrero
próximo”.
El excampeón de España de ultramaratón en bicicleta de montaña prosigue describiendo
aspectos del puerto cuya cima se ubica en el municipio de Soutomaior y que discurre también
por el de Redondela: “Desde el río, el puerto arranca suave. La dificultad comienza unos
doscientos cincuenta metros antes del punto de inicio del tramo cronometrado, con unas
rampas de pendiente considerable, aún sobre asfalto. La pendiente se mantendrá uniforme,
sin descanso, durante casi un kilómetro más hasta llegar a una bifurcación”.
En esa divisoria del camino, los participantes deberán elegir entre seguir subiendo por la
izquierda hacia Monte Espiño o tomar el ramal de la derecha por una ruta menos exigente. Por
un lado y otro los ciclistas volverán a encontrarse en Amoedo.
“En la continuación –prosigue Brandan-, la pendiente ya no es tan sostenida: alterna rampas
exigentes con otras más suaves. A partir de la mitad de la ascensión puede decirse que el
terreno es más llevadero. Incluye incluso una corta bajada. Sigue otro repecho y a
continuación la inclinación del terreno vuelve a suavizar hasta los últimos seiscientos metros”.
Los últimos cuatrocientos cincuenta, sobre asfalto, tienen una pendiente media del diez por
ciento y tramos del catorce por ciento, hasta llegar a la cima de Monte Espiño, un mirador con
vistas espectaculares, que alberga una torre de vigilancia de los servicios forestales
contraincendios.
“Creo que esta subida puede hacer desistir a algunos participantes de llegar hasta Eiras,
porque es de los que exigen física y mentalmente; pero, como decía, es un puerto atractivo,
como para intentar subirlo y evaluar al llegar a Amoedo si se está en condiciones de seguir
hasta el embalse o no”, acaba diciendo el ciclista vigués.
El puerto de Monte Espiño ofrece la segunda y tercera puertas (puntos de control electrónico)
del recorrido. Cabe recordar que para completar la “tripla coroa” será necesario traspasar
otras cuatro más hasta un total de siete.