A Mike Ball, dueño de la firma de ropa vaquera Rock&Republic, le sobra el dinero y le gusta el ciclismo a partes iguales. Para cumplir su sueño ha tirado por el camino más corto: formar el que según él será el mejor equipo del mundo dentro de cinco años, para lo que tiene destinado un presupuesto anual de 10 millones de euros. Este millonario del 'prêt-à-porter' no es un ningún ingenuo.
Quiere que su equipo, el R&R, sea el mejor y el más publicitario. Y como sabe lo difícil que es destacar en un estreno, ha comenzado por lo segundo. Y qué mejor manera de conseguirlo que contratando viejas estrellas del pelotón, algunas cuesta abajo o incluso retiradas, pero aún con gancho y tirón, para instalar en Malibú (California) un retiro dorado. A ciclistas de la talla de Mario Cipollini (retirado), Tyler Hamilton (positivo en la Vuelta a España 2004, por utilizar la transfusión de sangre mejorada y sancionado hasta 2007), el californiano Fred Rodríguez y los colombianos Santiago Botero y Víctor Hugo Peña, ambos a punto de colgar la bicicleta, se suma ahora Óscar Sevilla.
Víctima de la 'Operación Puerto' y de la desaparición del Relax, se encuentra desde la semana pasada concentrado con el equipo en Malibú, donde ha fijado residencia. Aseguran que le van a pagar 300.000 dólares por una temporada. Sevilla (Ossa de Montiel, 1976) pasó de ser maillot blanco del Tour y segundo en la Vuelta al más duro de los ostracismos. Hace unas semanas mostró su abatimiento en una entrevista por sentirse cerca del paro, víctima de la «injusticia de la privación del trabajo». Los equipos, contaba el albaceteño, «tienen miedo a las represalias si contratan a un corredor de la 'Operación Puerto, aunque no hayan sido sancionados». Incluso pensaba colgar la bicicleta.
Afortunadamente para él y para el resto, ha irrumpido Mr. Ball y todo se ha solucionado, aparentemente. El estreno de Óscar Sevilla podría ser del 17 al 24 de febrero en el Amgem Tour o Vuelta a California.