Pablo Urtasun tiene ganas de volver a ponerse el dorsal a la espalda. Desde el pasado 8 de mayo, día de su abandono en el Giro de Italia, ha pasado casi un mes. Mucho tiempo para quien ama la competición.
“En menos de una semana vuelvo a la competición en el Tour de Luxemburgo. Ya tengo ganas. Espero estar a un nivel aceptable y que me sirva para seguir recuperando la forma al cien por cien de cara a próximas carreras”, comenta el ciclista del Euskaltel-Euskadi.
Recuperar la forma que tenía antes del Giro de Italia. La que le llevó a ganar la primera etapa de la Vuelta a Castilla y León, prueba en la que acabo cuarto en la general. La forma con la que afrontó ilusionado la ronda italiana y que se esfumó, con sus sueños, en la primera etapa, cuando sufrió una fuerte caída que le hizo abandonar, con la rodilla destrozada, en la quinta etapa.
“La retirada es en lo último que piensas a la hora de enfrentarte a una grande. Y menos en la primera semana, sin tan siquiera haber competido. Pero el ciclismo tiene estas cosas. En principio, la cadera y el codo izquierdos parecían se las partes más dañadas por golpe. No fue así. La rodilla derecha, rodeada de rozaduras y con un fuerte golpe, fue la causa de mi retirada”, dice el navarro de Urdiain.
Urtasun recuerda el momento en el que, impotente, tuvo que bajarse de la bicicleta y meterse en el coche del equipo. “Fue duro para mí. Mi primera reacción fue llorar. Llorar no de dolor, sino de rabia. Antes de cada carrera, y sobre todo de un Giro de Italia, hay muchas horas de dedicación, muchas horas de entrenar, de descansar y de cuidarte. De pronto, ves que por un golpe de mala suerte, todo eso no ha servido para nada”.
Un mes después de la caída, Urtasun asegura estar recuperado de las heridas físicas y de las anímicas. “Con los días vas viendo las cosas de diferente manera. Y una de las muchas cosas buenas que tiene el Giro es que hay tiempo de sobreponerse: hay mucha temporada por delante. Lo primero fue recuperar el tendón y los golpes, y para ello lo ideal era el descanso; así que estuve una semana sin tocar la bici, moviéndome lo menos posible. Después empecé poquito a poco: media hora de rodillo, un día de rodar tranquilo, y así vas aumentando tanto el tiempo como la intensidad, vas recuperando la forma”.
Del 12 al 16 de este mes le espera el Tour de Luxemburgo. Después, dependerá de su evolución. “Aún no tengo el calendario del todo rehecho, así que voy a ir día a día, carrera a carrera, intentando recuperar el mejor nivel posible de cara bien al Tour o bien a la Vuelta. Lo importante es volver en el mejor nivel posible”, concluye Pablo Urtasun.