Le hemos visto al frente del pelotón en pruebas importantes y en escapadas de mucho nivel; ha rozado la victoria y nos ha ilusionado con sus actuaciones. Muchos son los destellos de calidad que Pau Miquel (2000, Sant Quirze del Vallès) ha ido dejando en su primer año como ciclista profesional en el Equipo Kern Pharma. El joven catalán se ha convertido en muy poco tiempo en un hombre de confianza para el conjunto farmacéutico y deja atrás una temporada de adaptación, aprendizaje y revelación.
Primera temporada en la élite del ciclismo. ¿Qué valoración harías?
Sinceramente, para mí este primer año como profesional ha sido muy bueno. Por lo general suele ser un curso de adaptación a la categoría y en mi caso creo que he cumplido. El equipo ha podido contar conmigo en carreras importantes y he logrado aportar cosas buenas. Aun así, he de decir que en las primeras carreras me sorprendió el ritmo tan alto que se llevaba.
En un año se suceden muchos momentos, tanto buenos como malos. ¿Cuáles han sido los más duros?
Para mí, la situación más difícil por excelencia la viví en la Vuelta a España, cuando tuve que abandonar la carrera tras dar positivo por Covid-19. Siguiendo el protocolo sanitario de la organización, me tuve que retirar junto a otros dos compañeros: Roger Adrià y Héctor Carretero. Señalaría también como complicadas las primeras carreras en las que la velocidad te pilla por sorpresa, aunque en líneas generales no considero que haya sido una mala temporada.
El Pau Miquel de los primeros meses nada tuvo que ver en cuanto al de los últimos. ¿A qué se debió esa evolución? ¿Fue más complicada la primera mitad que la segunda?
Diría que sí fue más complicada, pero insisto en que me adapté bastante rápido y eso me ayudó a no sufrir de más los meses iniciales. Tenía claro que el primer paso era habituarse a la competición en la élite y, sinceramente, opino que lo cumplí. Al final todo pasa por trabajar y ser constante. Creí en lo que el equipo necesitaba de mí y al final del año di un paso adelante.
En abril aconteció el debut del Equipo Kern Pharma, y el tuyo, en la Liège-Bastogne-Liège. En tu caso, además, con protagonismo incluido en una fuga de gran nivel. ¿Qué sentiste mientras rodabas arropado por la afición belga?
Ese día fue increíble. Ya solo correr uno de los cinco monumentos del ciclismo era un sueño que hice realidad. Y adornarlo de esa forma, en una escapada de tantos quilates, fue espectacular. Un día que no olvidaré fácilmente.
¿Sentiste rabia cuando no pudiste continuar y te descolgaste de la ofensiva?
Justo en ese instante pensé que había llegado hasta donde había podido, pero inmediatamente después llegó el inconformismo. Tengo una especie de espinita clavada porque creo que si tuviera un poco más de experiencia quizá podría haber aguantado. Pero estoy seguro de que tendré más oportunidades como esta y lo aprendido me servirá en un futuro.
Luego llegó la Adriatica Ionica Race, donde rozaste el triunfo en el último parcial.
Para mí esa etapa fue un punto de inflexión. La lectura que saqué es que estando en un punto de forma óptimo y yendo todo de cara era capaz de luchar por una victoria. El equipo jugó sus cartas muy bien metiendo a tres hombres en fuga. Nos demostramos que podíamos estar en la pelea.
Después de tantas emociones, tocó parar y preparar los siguientes objetivos. En julio fuiste uno de los preseleccionados para La Vuelta, donde finalmente debutaste el 19 de agosto. ¿Era una meta que te fijaste desde el inicio del año?
Siempre he sido un corredor de ir paso a paso, pero desde que se hizo público que el Equipo Kern Pharma era uno de los tres invitados a la carrera deseé estar en ella. Durante todos esos meses trabajé con La Vuelta como un objetivo y creo que fue bueno para mí debutar este año porque, aunque no acabé, me aportó muchísimo como ciclista.
Desafortunadamente, tuviste que abandonar en la undécima etapa. Como señalabas, el momento más complicado para ti de la temporada. ¿Cómo lo viviste?
Reconozco que fue una época difícil. Llegué en un punto de forma óptimo, en mi mejor momento, y lo estaba demostrando o por lo menos me lo demostraba a mí mismo. Sabía que podía hacerlo bien, pues todavía quedaban días para ello, parciales que nos motivaban mucho, tanto al equipo como a mí. Creo que podría haber hecho algo bonito en alguno de ellos, pero las cosas son así. Hay que pasar página y aprender de la situación.
¿Fue agotador gestionar tantas emociones?
Los primeros días fueron complicados, sí. Me llevé un golpe duro porque estaba en mi mejor momento y, además, donde siempre había querido estar: en una grande. Pasas de vivir un momento perfecto a llevarte una decepción porque te tienes que ir de la carrera. Es triste, pero lo único que puedes hacer es aceptarlo y seguir trabajando.
A pesar de ese mal trago pudiste poner algo de color al final de temporada en el Mundial de Australia con una buena actuación. ¿Cómo fue la experiencia?
Participar en ese Mundial me ayudó a superar el bache de La Vuelta. Después del abandono me lo fijé como objetivo a corto plazo, pues pensé que rendiría bien gracias el punto de forma que te deja una grande. La Selección Española confió en mí y en Raúl (García), nos arroparon en todo momento y brindamos una buena actuación. Nos faltó poco para estar en el grupo que se disputó la victoria, así que acabamos contentos. Fue un campeonato muy positivo.
Inmerso en la pretemporada, te hemos podido ver también en alguna carrera de ciclocross. ¿De dónde salió esta idea?
El ciclocross no es algo nuevo para mí porque ya había competido en pruebas de esta modalidad cuando era cadete y juvenil. En sub-23 lo dejé apartado, pero es una disciplina que me divierte mucho. Te pone el cuerpo en forma y quise correr un par de carreras. La verdad es que lo disfruté mucho.
Ahora vienen meses de acumular horas sobre la bici antes de que arranque el nuevo curso. ¿Qué esperas del próximo año?
Será mi segunda temporada como profesional y por ello me gustaría mostrar más fiabilidad, tener un punto de forma óptimo que se alargue más en el tiempo y estar disputando las carreras, tanto en primera persona como ayudando a un compañero a ello. Este es el objetivo que en 2023 tendremos: acudir a las pruebas con la victoria en la mente.