Desde que debutó en el Tour en 1983, muchos empezaron a sacrificar las siestas de julio por su culpa. Antes de que Miguel Indurain cambiara el estatus del ciclismo español ganando cinco veces consecutivas la carrera más importante de todas, Pedro Delgado Robledo (o, para varias generaciones de españoles, simplemente Perico) le cambió el ánimo a fuerza de demarrajes heroicos, escapadas suicidas, infortunios varios y pájaras de campeonato. Dentro de un mes, del 12 al 15 de octubre, Indurain y Perico, los dos ídolos de las décadas de los ochenta y noventa volverán a pedalear juntos en la XV Vuelta a Ibiza Campagnolo. El segoviano acaba de confirmar su presencia en la ronda, donde correrá las cuatro etapas.
Es la primera vez que Delgado acude a la isla para participar en una prueba cicloturista que en cada edición suma más kilómetros competitivos sin renunciar a su vertiente más lúdica. Perico, que ganó una vez el Tour y dos la Vuelta, se reunirá en Ibiza con Indurain, que participa por segunda ocasión en una prueba a la que acudió hace unos años con uno de los corredores que asumieron el imposible reto de recoger su legado, Abraham Olano.
El propio Miguel fue, en cierta manera, el sucesor de Delgado. Además, el de Villaba acabó de engrandecer la afición que había explotado en España durante los años de gloria de Delgado, un ciclista que no dejaba indiferente a nadie que le animara desde el televisor o en las cunetas de Luz Ardiden. Las maneras de correr de ambos no tenían nada que ver, pero el navarro, un extraterrestre que barría en las contrarrelojes llanas donde tan mal lo pasaba el segoviano, aprendió de Perico el arte de sufrir y rematar a los rivales en las montañas de Pirineos y Alpes.
Comenzó siendo su gregario en el Reynolds y acabó recibiendo la protección del loco del Peyresourde en los primeros Tours que ganó (1991, 1992 y 1993), ya con el maillot del Banesto. El último Tour de Indurain y su inolvidable asalto fallido al sexto los narró ya Perico como comentarista de Televisión Española, trabajo que sigue ejerciendo actualmente.
Durante la Vuelta a Ibiza Campagnolo, la terna de padrinos de honor la completará un escalador que hizo sufrir a ambos con sus lejanísimos ataques: Claudio Chiappucci, otra leyenda del ciclismo que igual que Perico, se ganó el cariño de los aficionados, también de los españoles, con su optimista manera de correr, siempre al ataque, siempre a la contra. Los tres, Delgado, Indurain y El Diablo, rodarán juntos en Ibiza. Está por ver si, 25 años después, se pican para pasar el primero el alto de ses Marrades. La foto de los tres será digna de colgarse en el Olimpo del ciclismo.