2.020, ¡Vaya número! ¿no? Da la sensación de que cada frase que empieza con esta cifra, cada noticia la incluye tiene el mismo tinte gris, el mismo regusto amargo. Me parece que ya está bien, con permiso, me voy a desmarcar.
En realidad tampoco soy yo el que se desmarca, quienes han remado fuerte para salirse de esa corriente han sido las personas que impulsan el destino mtb Puro Pirineo, y se han subido con entusiasmo a ese barco una buena representación de los riders que compiten en enduro mtb en nuestro país.
No todos, porque los condicionantes, las limitaciones, las restricciones son muchas. El propio equipo de Bike Zona puede dar testimonio de ello. Con todo fueron 200 los riders que se presentaron este domingo en Castejón de Sos, (Huesca), para competir por el Campeonato de España de BTT Enduro 2.020.
Y es una buena noticia, una noticia optimista, un ejemplo de esfuerzo y compromiso.
Siempre lo es cuando una localidad pequeña se enrola en la importante tarea de organizar un evento de este tipo. El enduro mtb es un formato de competición complejo, costoso en recursos de todo tipo. Y este año, en el que cualquier viento que se levanta viene en contra, es muchísio más complicado.
Así que la simple celebración del Campeonato de España de BTT Enduro 2.020 ya es una excelente noticia. Pero es que además y como digo congregó una importante participación, con muchas de las figuras más importantes de la disciplina, y el desarrollo de la prueba fue un rotundo éxito.
Desde luego el entorno ofrece excelentes alternativas para la especialidad, Puro Pirineo es Puro Enduro, con un amplio abanico de descensos de colección entre los que elegir.
Y la organización eligió un clásico probado en diferentes competiciones como el Open de España o la Trans Nomad: Gallinero, el que está cobrando fama de ser el mejor descenso del Pirineo para el enduro mtb.
No obstante la organización no se ciñó al trazado habitual, sino que sobre esta base, se construyeron un total de 5 tramos cronometrados con variaciones para hacer el clásico con final en Castejón de Sos aún más interesante, completo y atractivo. El recorrido sumó 38 km. con 1.750 metros de desnivel acumulado.
El terreno estaba mucho más seco de lo que es habitual en este territorio. Las raíces no oponían tanta dificultad como el terreno suelto, los surcos y las rocas, y el polvo convertía los cambios de luz del recorrido en una nube de incertidumbre.
Porque esa es una de las características más apreciadas de este territorio, la alternancia de entornos. A los altos pelados desde los que saltan los parapentistas siguen los bosques cerrados, en los que se van abriendo claros y la luz penetra caprichosa entre los troncos. A los suaves curveos en tierra, siguen los roquedos escalonados, y entre suaves prados y tramos en bosque el suelo se hunde con un desnivel extremo que hay que salvar entre rocas y raíces. Todo eso para acabar en un estrecho túnel el que el aroma del boj es mucho más intenso que la luz. Puro Pirineo, Puro Enduro.
Muchos fueron los riders que llegaron sin opciones a los bosques aledaños a Castejón de Sos, de hecho la exigente primera especial impuso una criba implacable desde sus primeros metros, con numerosas caídas, pinchazos y averías. El resto de especiales eran menos largas, pero la exigencia no disminuía, mientras la dureza del recorrido iba haciendo mella en los competidores.
En este enorme escenario estuvo también enorme Gabi Torralba. El de Riglos supo imponer su poderío desde la drurísima primera especial, donde cobró una importante ventaja. Lejos de dedicarse a administrar su renta, siguió siendo el más competitivo en el 2º y en el 5º tramos cronometrados, para consolidarse en lo más alto del Enduro Español. El canario Edgar Carballo fue segundo, seguido del joven sub 23 Carlos VonHeyden Langelaan.
Entre las féminas se impuso la también sub 23 Sara Yusto con poco más de 6 segundos sobre Sara Gay acompañadas en el podio por Ares Masip.
La entrega de trofeos estuvo marcada por las restricciones de público que el protocolo COVID impuso a la celebración del Campeonato. En realidad lo estuvo toda su celebración, puesto que la organización aplicó con rigor y eficacia el protocolo prescrito al efecto.
Desde luego no es lo ideal para celebrar un evento de este calibre, aunque las ganas de carrera de los corredores hicieron que, pese a ello, el buen ánimo y el ambiente festivo se sintieran en el aire puro de Castejón de Sos durante todo el fin de semana.
Por: Pablo Segura Ortí
