Quedan cinco días de Tour de Francia, cuatro etapas de montaña y poco más de 500 kilómetros para marcar la diferencia. El reto es para los rivales de Chris Froome, que llega al capítulo alpino con una cómoda ventaja de 1 47” sobre Bauke Mollema, 2 45” sobre Adam Yates y 2 59” sobre Nairo Quintana, sus tres primeros perseguidores. La situación se antoja complicada para ellos si tenemos en cuenta el recorrido impecable del británico desde el inicio de Tour. Pero el terreno invita a arriesgar y la remontada en la general se jugará en los próximos cuatro capítulos.
Los más optimistas recordarán seguramente que hace poco más de dos años, Chris Froome arrancó la etapa de Finhaut-Emosson del Critérmium du Dauphiné vestido con el maillot amarillo y azul. En la cima, donde se refleja el Mont-Blanc, se lo cedió a Alberto Contador. La gesta era más asequible en ese momento (12”) pero la historia podría inspirar a más de uno. Además, la victoria de Lieuwe Westra ese día también debería motivar a los amantes de la escapada. Algunos escaladores reincidentes no han visto recompensados sus esfuerzos, como Dani Navarro, Rui Costa, Vincenzo Nibali o Ilnur Zakarin, por ejemplo, que podrían aprovechar este nuevo saque de puerta...
Fabian Cancellara no lo logró en Berna (fue 6º), pero Sébastien Reichenbach y Steve Morabito, los locales del pelotón, quieren brillar con una victoria en Finhaut. El día también es para ellos.
Hoy 184.5 kilómetros entre las localidades de Berna y Finhaut - Emosson.
fuente: letour.fr