El australiano de Movistar Team se impone en solitario en La Rioja tras formar parte del selecto grupo de cabeza -junto a Rojas (3º) y Barbero (8º)- originado en los abanicos previos a la llegada en Logroño
Tras dos temporadas y media entregado en cuerpo y alma a sus jefes de filas, el disfrute individual le llegó a Rory Sutherland (Movistar Team) este domingo en la Vuelta a La Rioja, seis años después de que su compañero de batallas en la Vuelta 2016, Imanol Erviti, lograse el último éxito hasta la fecha en el Paseo del Espolón de Logroño.
El aussie coronó en solitario una gran presencia de Movistar Team en las dos fugas más destacadas de la prueba. Carlos Barbero, Marc Soler y Jonathan Castroviejo se mantenían durante unos ochenta kilómetros en vanguardia de un grupo de ocho ciclistas cazado a mitad de prueba (km 95), momento en el que el viento, insistente durante todo el día, comenzó a elevar su intensidad y preparar una segunda escapada que sería determinante.
Barbero repetía, junto a Sutherland y José Joaquín Rojas, en el decisivo corte de doce provocado por los abanicos, una avanzadilla que se redujo a seis -con ‘Rojillas’ y Rory- a una docena de kilómetros del final y que Sutherland dejó atrás con su ataque en solitario, que aventajó en 20” a Albasini (ORS, 2º) y al murciano (3º).
Doble podio -Barbero, 8º, certificó el triunfo por equipos- para una escuadra telefónica que suma 14 éxitos en 2017 y que ve como el ciclista de Canberra -afincado en Girona- se estrena como azul y alza los brazos cinco años después de su último éxito (etapa en Tour of Colorado, 2012).
Así lo vivió el australiano: “Estoy muy contento porque no suelo tener muchas oportunidades de ganar, ya que mi cometido es otro. Hoy era uno de esos días, no podía dejar escaparla y con el apoyo del equipo, lo he conseguido. La carrera ha sido muy rápida, con muchos ataques, ratos con lluvia y frío y, sobre todo, mucho viento, lo que realmente ha marcado la diferencia. Creo que hemos sabido correr bien en todo momento y hemos estado donde tocaba, especialmente en la segunda mitad de carrera con ese corte por los abanicos.
Se ha reducido un poco el grupo al final, con Rojillas y conmigo delante, y con ese ataque final he podido librarme de mis rivales y entrar solo en meta. Era el cumpleaños de mi esposa Cheynna y quería mandarle un regalo desde aquí; se lo dedico a ella y a todo Movistar Team, por la confianza que me dan siempre. A partir de mañana en País Vasco volveremos a nuestra labor, que es apoyar a los compañeros y en especial a un líder como Alejandro, para el que siempre es un placer trabajar”.
fuente: prensa movistar team