Este fin de semana, si el tiempo lo permite, el ciclista profesional de Mañaria, Rubén Gorospe, intentará superar un reto solidario que se propuso durante el confinamiento: subir el mítico Tourmalet, con sus 17,2 kilómetros de subida hasta la cima, pedaleando de espaldas.
Rubén explica sus motivos: “En su día me propuse durante el confinamiento hacer algo vistoso como muestra de agradecimiento a todos nuestros sanitarios y funcionarios de hospitales y residencias y, y en señal de recuerdo, por todas esas personas que, desgraciadamente, hoy no están con nosotros por la pandemia”.
Gorospe siendo niño aprendió y practicó esa forma nada habitual de dar pedales viendo en Mañaria el paso del popular “Treinta”, un ciclista que impresionaba en el duranguesado por su facilidad en este tipo de complicado pedaleo. Ahora 26 años después de su retirada como profesional, el ciclista vizcaíno ha tenido que volver a entrenar duro esa rara forma de dar pedales.
La cita es el próximo domingo, día 20, si las condiciones climatológicas lo permiten. El horario de salida será de 8:30 a 9:30 de la mañana desde Sainte Marie de Campan y Gorospe afrontará los 17,2 kilómetros de subida (2.115 metros de altitud, al 7,3% de pendiente media y un desnivel de 1.268 metros), pedaleando de espaldas, acompañado y escoltado en bici por dos de sus amigos ciclistas, Marino Lejarreta y Sebas Pérez.
El logo del evento ha sido diseñado por Enaitz Gorospe, hijo de Rubén, y el maillot ha sido diseñado por la diseñadora Alicia Rueda, esposa del ciclista de Mañaria, y ha sido confeccionado por Bioracer.
Rubén Gorospe (1 de junio de 1966) fue profesional desde 1985, cuando debutó con el equipo Reynolds, hasta 1994, cuando se despidió en el equipo Euskadi-Petronor. Excelente gregario durante toda su carrera, también logró la victoria en la primera etapa de la Vuelta a Asturias de 1989.