Santiago Ramírez y Aitor González han puesto esta mañana el broche de oro para el equipo Lizarte a una Copa de España amateur 2013 que ha llegado a su fin con los 141,5 kilómetros de recorrido de la Clásica Santa Cruz de Legazpi.
Tres días después de levantar los brazos en los Dos Días de Álava, el teldense ha hecho lo propio en la prueba guipuzcoana, dominada en su punto determinante -la ascensión a Deskarga (2ª), a 5,9 kilómetros de la llegada- por la escuadra navarra, que se ha apuntado la victoria con Ramírez y el tercer cajón del podio con el corredor vizcaíno, además del triunfo por escuadras.
El conjunto rosa tomó la responsabilidad de dar caza a la escapada de la jornada, de once unidades, que contó con hasta dos minutos de ventaja en Atagoiti (3ª), el sexto de los siete puertos previstos en el trazado. Rafael Márquez y Urtzi Murgia tomaron las riendas del pelotón, y junto al trabajo del Naturgas, consiguieron devolver el favoritismo al grupo principal, que devoró a gran velocidad los kilómetros previos a Deskarga.
En el arranque de la subida, Santiago Ramírez lanzó su ataque -seguido en un primer instante por Gallego (BRZ), al que dejó atrás poco después- pero la reacción de Lechuga (CJM) imposibilitó al teldense marcharse en solitario, e incluso coronó con una pequeña desventaja sobre un cuarteto con Aitor González que se estableció en la cima del puerto. En la recta de meta, Ramírez llegó hasta la cabeza con un potente sprint lanzado desde lejos que sorprendió a todos, levantando los brazos junto a Aitor González, 3º tras Lechuga.
"Nada más empezar Deskarga ataqué y cogí unos metros con Gallego", explicaba Ramírez. "En una de las rampas duras se quedó, pero me alcanzó por detrás Lechuga y me neutralizó. Aitor González venía muy fuerte y se fue para delante con Grijalba (CJR) -vencedor final de la Copa de España- y Cañada (MUT), mientras que yo me quedé con el líder Fernández (COL) y Chetout (NAT). En el descenso rodamos muy rápido porque se les escapaba la general y nos quedamos a unos cinco segundos de ellos.
A falta de 500 metros lo probé, pensando casi más en hacer 5º, pero vi que que me iba acercando cada vez más a los cuatro de cabeza, hasta que llegué a su altura. Con la inercia que llevaba decidí no parar y salió bien. En sprints de poca gente me suelo defender y al venir lanzado con un poco más de velocidad les pude superar. Tanto Aitor como yo hemos sabido leer bien la carrera con las luchas que había por la general".
