Herramienta de trabajo para los profesionales, alternativa de ocio y deporte para los aficionados a ella y medio de transporte para los habitantes de ciudades o pueblos, la bicicleta ofrece un amplio abanico de opciones en la sociedad occidental que en África se reduce a uno básico: la bicicleta es un instrumento para hacer más llevadera la de por sí dura realidad de este continente. Lo ha comprobado Sergio Pardilla en la primera concentración de su equipo a partir de 2013, el sudafricano MTN-Qhubeka. Más de veinte días en África (del 1 al 22 de diciembre) le han permitido hacerse una idea de la tarea solidaria de Qhubeka en este continente y de la seriedad del primer equipo profesional africano de la historia.
Las instalaciones del equipo a las afueras de Johannesburgo han sido la sede de la concentración, la cual ha tenido dos partes diferenciadas; una primera dedicada a diversas pruebas, reuniones y planificación del próximo año y una segunda más enfocada al entrenamiento y a las charlas individuales en la que solo han participado los corredores europeos.
“He quedado muy impresionado con la profesionalidad del equipo”, dice el escalador manchego. “Han estado muy atentos con todos nosotros y han tenido muchos detalles de esos que el ciclista agradece, detalles materiales como los móviles, ordenadores y pinchos de internet (MTN es la operadora telefónica de Sudáfrica y Samsung otro de sus patrocinadores) y detalles más humanos como el trato cercano, el estar pendientes de nosotros y los test para conocernos en profundidad que personalmente agradezco mucho. La forma de hacer ciclismo de MTN-Qhubeka es la misma que la que aplica en sus programas solitarios”.
Y es que además de entrenar y planificar la nueva temporada, los integrantes del MTN-Qhubeka se convirtieron en embajadores de Qhubeka y repartieron 200 bicicletas en un pueblo cercano a Johannesburgo como recompensa al trabajo de reforestación de la comunidad.
“Qhubeka no quiere dar por dar. En su último proyecto está repartiendo bicicletas pero a cambio de árboles. Es una manera de mejorar la vida de la gente, de hacer que se sientan útiles y de preservar el medio ambiente. Con los árboles la comunidad consigue frutas o madera o sombra. Hay personas que se encargan de enseñarles cómo plantarlos y regarlos y por cada cien árboles Qhubeka les entrega una bicicleta. Con esta bicicleta le ganan tiempo al tiempo, porque por ejemplo un niño puede tardar una hora y media en ir al colegio andando y otra hora y media en volver. En bici es mucho menos y así luego les queda tiempo para hacer las labores domésticas y estudiar antes de que se haga de noche y la falta de luz, porque no hay electricidad, les mande a dormir. La bicicleta también les sirve para transportar mercancías”.
En próximos días Pardilla hablará de la sensación que le causó repartir bicicletas en una de las aldeas más pobres a las afueras de Johannesburgo y desvelará dónde debutará en 2013 con los colores del MTN-Qhubeka, aunque ya adelantamos que no será ni en Europa ni en África.