Jordi Simón se ha quedado con la miel en los labios al ser segundo en la tercera etapa del Tour del Porvenir, disputada entre Gérardmer y Porrentruy, de 171,5 kilómetros, bajo unas pésimas condiciones de lluvia y frío. El vencedor fue el australiano Michael Hepburn, que ya se había adjudicado el prólogo.
Y es que el inicio de la jornada fue dantesco, con lluvia, niebla y apenas diez grados de temperatura, situación que se mantuvo durante los primeros cien kilómetros. Pese a ello, Gari Bravo mostró nuevamente su combatividad escapándose en el primer puerto, cuando apenas se llevaban diez kilómetros de carrera, junto al colombiano Esteban Chaves y el kazajo Alexey Lutstsenko. El vasco pasaba segundo en las dos primeras ascensiones –Schlucht y Grand Ballon- pero en el largo descenso de este último col –a pesar de resultar hasta peligroso por las malas condiciones- se iban juntando corredores que daban caza a los de delante. De la misma forma, el tiempo comenzó a mejorar.
La clave de la etapa fue a falta 50 kilómetros, cuando el pelotón se partía en dos grupos, con una treintena de corredores delante entre los que estaban Simón y Víctor Cabedo. Aún quedaba una última ascensión, el Col de la Croix -un primera de apenas cuatro kilómetros, pero al 9%, a sólo 18 de meta- en el que atacaba el italiano Mattia Cattaneo, que coronaba con 15 segundos sobre un grupo con los ya mencionados Simón, Chaves y Hepburn, el danés Christopher Juul-Jensen, el noruego Vegard Stake Laengen y el canadiense David Boily. En el descenso han dado caza a Cattaneo y los siete corredores han disputado el sprint donde Hepburn le ha ganado la partida a Simón.
La carrera llegaba completamente rota, con un grupo principal a diez minutos, en el que entraban Haritz Orbe (60), Víctor Cabedo (63) y Gari Bravo (72), que perdía por sólo siete puntos el liderato de la montaña ante Chaves.