Dicen que mis crónicas no son constructivas, que me invento tonterías y que a cada prueba que voy, digo que es la mejor. Pero hoy seré más realista y contaré datos exactos porque además esta vez la realidad es bastante entretenida. La Vuelta a León no es la mejor prueba por etapas que se celebra en España. Pero es preciosa y tiene su encanto como este Casino online.
Las dos primeras ediciones cojearon tanto en recorrido como en algunos aspectos organizativos. Pero este año el salto de calidad ha sido abismal. Sin tratar de faltar al respeto, debo confesar que los organizadores me parecen tan pueblerinos, que solo les falta ponerse la boina y el palillo. Personas poco sofisticadas y muy campechanas. Una mentalidad simpática que refleja la filosofía de la prueba, y que resumiré en tres entretenidos párrafos:
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1ª Etapa en Navatejera. Formato Enduro con salida y llegada neutralizada pero con un tramo intermedio cronometrado. Apenas 60 minutos de adrenalina por las zonas más técnicas y divertidas del recorrido. Y el resto de la etapa disfrutando sin prisas y en compañía de los amigos. Mi estrategia fue retrasarme bastante antes del sector cronometrado para poder chupar rueda cómodamente a gente de nivel inferior. En cambio los primeros se chocaban con los torpes de la manga anterior. Es bastante complicado de entender, pero os prometo que este formato es tremendamente divertido.
2ª Etapa en Cistierna. Ultrafondo, navegación y supervivencia. Ruta de alta montaña con todos los ingredientes para vivir una autentica aventura. Amigos a los que les dije que la Vuelta a León estaba chupada, han dejado de hablarme. Pocos corredores fueron capaces de realizar el recorrido integro. Etapa de orientación, algunos dieron vueltas en circulo, y otros aparecieron en Asturias. Inútiles que no saben interpretar sus sofisticados “Garmin” de 400 euros. Yo en cambio uso una mierda de GPS a pilas que me regaló un amigo pijo. Pero yo jamás me pierdo, y eso que soy un pueblerino. Nieve, barro y muchos ríos desbordados que cruzar a través de troncos y maderos en dudoso equilibrio. Dos participantes caídos al agua con hipotermia, y otros rozando la insolación en el asfalto de La Camperona. Muchas averías, muchos retirados, muchas críticas. Yo en cambio grito ¡¡Magníficooo!!
3ª Etapa en Almanza. Velocidad en pelotón por pistas anchas y fáciles. Casi podría haber elegido una bici de Gravel, de no ser por alguna trampa sorpresa y momentos de sálvese quien pueda. Ya no hay nada que ganar, pero si te despistas puedes perderlo todo. Simplemente rodar en pequeños grupos hasta meta, donde se celebra el podium. He conseguido la tercera posición general a escasos segundos de Raul Bayon (North Bike). Pero Héctor Baeza (244 Bikes) nos había metido casi media hora de ventaja en la jornada previa. El campeón es un tipo duro. Algunos sufren orgasmos tras la victoria. Pero Héctor ni se inmuta, y sube al podium serio, como si nada, fijo que también es de pueblo. En cambio, Mónica Carrascosa sonríe sensualmente y gesticula todo el cuerpo desde lo alto del podium. Mi compañera de equipo es de ciudad, y sin regalar ni una sola etapa, aplasta a sus rivales Cristina Díaz y Jenífer Esteban.
Dejémonos de imaginar y volvamos a la realidad. El acceso a las salidas fue un poco caótico. Un voluntario intentó hacer de juez árbitro, pero sin traje federativo sus órdenes no impresionaban a caraduras que se saltan las vallas para colarse en posiciones de privilegio. Sin embargo la llegada a meta estaba cuidada al detalle. Muy decorada y con todos los servicios incluidos de las grandes vueltas. Grata sorpresa fue la degustación de Kadabras, cervezas artesanas que te dejaban repetir hasta caer borracho en las camillas de los masajes. Los masajistas gratuitos no eran muy buenos, pero en esas condiciones es un placer quedarse dormido con la barriga llena. Y es que las jamadas populares fueron a base de cocidos, alubiadas, panzetadas y otros productos típicos de pueblo tan poco recomendados por los nutricionistas de ciudad.
Yo no daba abasto con una especie de jamón reblandecido muy fácil de masticar. No entendía como podía entrar tan bien ese manjar salado, hasta que el propio cortador campeón jamonero me informó apuntándome con su cuchillo. Que no era jamón, que era cecina leonesa. Imaginaos, igual que en la famosa prueba de la JamonBike, pero esta vez con cecina. Ojalá que la Vuelta a León siga por esa misma línea el año que viene. Aunque no sea la mejor prueba del mundo, a mí me ha encantado. Y el año que viene repito fijo.
Crónica de Joseba León, corredor del BZ Team ! Gracias a los patrocinadores del BZ Team: Faster Wear, Jaime Llorente, Navali, Luck, Eubottle, Rifyl, Suomy y NRC.
