Desde hace varias semanas los comentarios y apuestas para el Tour de Francia giraban en torno a Cuatro Fantásticos (el repetido ‘Big Four ) que terminó dando paso al ‘Big Five tras una semana de competición. El veredicto de la primera etapa de montaña ha sido reveladora: solo hay un hombre a batir en este 2015.
Se llama Chris Froome, ganó la edición de 2013 y ha barrido a los rivales que pululaban a su alrededor. Se podría concluir a bote pronto que se ha “cargado la carrera” en lo alto de la Pierre-Saint-Martin, pero es más razonable pensar que el maillot amarillo un poquito más suyo, pero no del todo, todavía.
Froome ha querido transmitir un mensaje de prudencia: "todavía queda mucho Tour y solo hemos escalado una montaña" pero tras la exhibición de ayer pocos dudan de que la diferencia con sus rivales más que disminuir podrá incluso aumentar en los próximos días.
Arropado por un equipo poténtisimo que ayer metió a tres corredores entre los diez mejores de la etapa el británico tiene todo en su mano para seguir dominando la carrera.