3 etapas, 430 kilómetros de emoción con un recorrido sin cronos ni final en alto para favorecer una carrera abierta a las sorpresas, y mucha emoción, se espera en la trigésimo primera edición de la Vuelta Ciclista a Madrid.
Hablamos de una ronda internacional ya consolidada, con categoría Europe Tour UCI 2.1. quese celebrará del 4 a 6 de mayo bajo la organización de la Federación Madrileña de Ciclismo.
El viernes 4 de Mayo Manzanares El Real dará el pistoletazo de salida a nuestra ronda pero, a diferencia de 2017 donde se transitó la mayor parte del tiempo por los puertos de la sierra madrileña, esta vez no será así. El Atazar servirá para favorecer la formación de fugas, quedando el puerto de Cotos, a menos de 25 de meta, para que los escaladores y los favoritos a la general puedan sacar las primeras rentas.
Al día siguiente la segunda etapa partirá de Alcobendas para afrontar un recorrido rompepiernas, con tres altos de montaña puntuables y quizás más exigente que la de Valdemoro del año pasado. Veremos si los equipos de los velocistas pueden reagrupar un paquete que, a buen seguro, sufrirá cortes en los pasos de El Espartal, La Trampa y Uceda, antes de llegar a la meta de San Sebastián de los Reyes.
Lo que no cambia es la última jornada que discurrirá íntegramente en la capital de España. El circuito del Paseo de la Castellana y la meta frente al Estadio Santiago Bernabéu conformarán un excelente escenario parar poner colofón a la cita ciclista más importante del año en la Comunidad de Madrid junto con el final de la Vuelta a España.
Se espera una buena participación en la Vuelta, con todas las escuadras españolas, Movistar Team a la cabeza, así como equipos extranjeros, de países como Colombia, Portugal, Rusia o Japón, entre otros.