Chris Froome y sus rivales han dejado atrás las montañas. Aunque comienza en Embrun, todavía en los Altos Alpes cerca del Col de Izoard, la etapa no tiene ninguna subida agotadora en el menú. Es la quinta vez que Embrun alberga una salida del Tour -el equivalente de Lannemezan en los Pirineos. Ninguna de las dos ciudades ha sido aún final de etapa-. Será un largo día sobre el sillín en la etapa más larga de la 104º edición del Tour de Francia, con 222,5 kilómetros. Once de los veintidós equipos no han ganado todavía una etapa.
Para alguno de ellos esta será la única posibilidad. Lo que significa que muchos corredores estarán dispuestos para lanzar un ataque temprano. Pequeñas cotas de montaña en la primera parte del recorrido favorecerán una fuga. No está claro que a estas alturas queden suficientes recursos como para acabar con una escapada y llevar al pelotón a un final al sprint en ausencia de algunos velocistas.
El Sunweb sin duda ha cosechado importantes éxitos. Esta es la etapa para que Michael Matthews asegure matemáticamente el maillot verde, el día siguiente a que su compañero de equipo, Warren Barguil, hiciera lo mismo con el de lunares. Salon-de-Provence da la bienvenida a los atacantes
fuente: letour.fr