Es su segunda edición y a pesar de las malas predicciones meteorológicas , más de 800 amantes de las 2 ruedas nos dimos cita en el velódromo que lleva el nombre de este ilustre del ciclismo mundial, el Cántabro Oscar freire.
Un lujo de opciones 120 km de carretera, 36 km de mtb o una prueba combinada 120 km carretera, cambio de bici y 25 de mtb. Modalidad individual, parejas, féminas y masculino, este año no se olvidaron de dar cabida a todas las categorías posibles dentro del formato.
La noche del viernes, el aparcamiento del velódromo se convertía en el campamento base donde caravanas y furgonetas nos asentamos con nuestras carpas y como no el equipo Bikezona desplegaba sus colores, la carpa de encuentro ya estaba bien asentada para dar cabida a quien se quisiera cobijar, pasar un rato o echarse unas buenas risas, entre preparativos, cenas y nervios se vivieron momentos muy divertidos. Unos vaticinaban diluvios, otros sol, nadie tenía claro que ropa tendríamos que poner para afrontar la aventura del día siguiente. Lo que si teníamos claro es que la queríamos disfrutar hasta el último metro y el resto ya lo iríamos viendo.
La parrilla de salida era un hervidero, grandes figuras como Indurain u Oscar Freire tenían colas de seguidores para hacerse una foto con estos dos grandes del ciclismo y ellos sin perder la sonrisa ni un solo segundo atendieron a todo el mundo.
La carrera arranca y solo os puedo decir que fueron los 120 km más divertidos de mi vida en bici de carretera, me tocó sufrir por coger grupos, me tocó tirar como una posesa y me tocó descolgarme cuando no podía con el ritmo, pero como lo disfruté, no es mi disciplina, pero el circuito rompe piernas que surcaba la costa de Cantabria, las Cuevas del Soplao, Unquera… me deleitó. Llegar al velódromo dar una vuelta y toca coger la mtb, que difícil es ponerse unas zapatillas con las manos bloqueadas jajajjaaj, pero salimos a disfrutar de un circuito muy fácil de mtb 25 km sin peligros ni mucha dureza, accesible para todos los públicos, quedarme sin frenos fue un pequeño hándicap, que saldamos con un casco roto, un pequeño susto y algún moratón.
Pero qué bonito es terminar la marcha rodeada de amigos, una paella, bocatas de lujo y bebida para recuperar. Contar las batallas vividas, las experiencias y los miedos superados. Parece que cada uno vive las aventuras de una manera distintas, parecen carreras distintas y es que cada uno disfrutamos y gozamos de la bici a nuestra manera.
El año que viene más, una experiencia preciosa, un formato muy original que seguro tendrá cabida en el tiempo.
Desearle una pronta recuperación a mi amiga Cristina Oliva que yendo primera fémina en carretera tuvo un duro accidente donde su bicicleta se llevaba la peor parte y ella un buen morrón. Conociendola en nada la veremos dando leña al mono.
Monica Carrascosa - Corredora del Bikezona Team