El alavés, brillante 16º en el último Campeonato del Mundo, aspira este domingo (15h) a dejar definitivamente atrás un último mes marcado por problemas de salud
Javier Ruiz de Larrinaga (MMR-Spiuk) abandonó ayer jueves su habitual ‘cuartel general’ para sus citas invernales flamencas en Oudenaarde para trasladarse a la concentración de la Real Federación Española de Ciclismo en el Mundial de Valkenburg (NED), undécimo campeonato consecutivo en que el alavés competirá en la prueba elite (domingo, 15.00h; Eurosport 2). El corredor de Ametzaga tratará de poner fin a “un primer mes del año donde casi todo se ha torcido y no he terminado de encontrar la salud”, y así acercarse en la medida de lo posible a su fantástico 16º puesto de 2017 en Bieles (LUX), mejor actuación española de los últimos años.
“No considero para nada que haya sido una campaña de altibajos; de hecho, el nivel que tenía durante diciembre y muy especialmente en pruebas como Ametzaga o Igorre era realmente bueno. Simplemente queda esa sensación de mala fortuna por la enfermedad que pasé en enero, y que me condicionó el Campeonato de España y toda esta preparación para el Mundial. Esta semana en Bélgica he entrenado más o menos bien, mojándome alguna que otra vez pero sin percances y haciendo alguna salida más explosividad para mantener el cuerpo activo y en su sitio antes del gran día”.
“Este viernes intentaré dar unas cuantas vueltas al circuito de Valkenburg, aunque el domingo habrá que volver a probarlo porque con tantas pruebas antes y lo variable que puede ser el tiempo, seguro que cambia”, explica un ‘Larri’ que buscará, en todo caso, “mucha tranquilidad en los días previos, lejos del bullicio e intentando concentrarme para hacer un buen papel el domingo”, ante una parroquia, el Fans Klub, que viajará en buen número (una treintena) este fin de semana hasta el Limburgo neerlandés.
Sobre la carrera en sí, y por los condicionantes de su salud y forma en los últimos compromisos, Larrinaga no se atreve a vaticinar un posible resultado propio. “Siempre hablamos de un top-25 por nuestro nivel ‘normal’, pero olvidamos que solo me ha llegado ese resultado en una ocasión (Bieles) y que los Mundiales suelen ser carreras raras, porque todo el mundo viene a tope y muchas veces se corre con más impulsividad o riesgos de lo normal. Aquí, al menos en los niveles en que me muevo, se trata de marcar un ritmo constante, no tener bajones y, sobre todo, evitar errores”.
“No sé cómo me puede ir el circuito. Siempre que venimos aquí es completamente distinto a lo que tendremos el domingo. Las Copas del Mundo de Valkenburg son en octubre; nadie tiene fatiga encima y el terreno no ha absorbido las precipitaciones del invierno. Habrá zonas más técnicas que lo que solemos tener en otoño y la pesadez o barro del circuito pueden cambiar mucho. Si pasadas un par de vueltas encuentras un grupo bueno puedes avanzar… pero en función de las circunstancias, casi puede ser mejor ir solo y a tu ritmo. Lo único que tengo claro es que hay que dar el todo por el todo aquí”, concluye un Larrinaga que tiene previsto, en cualquier caso, cerrar su campaña con otras tres citas en Maldegem (7), Lille (10) y Hoogstraten (11).