Virginia Berasategui afronta su sexta participación en el Ironman de Hawaii con una sonrisa en la cara. La triatleta es consciente de que está ante la prueba más importante del año, y de que, como ya ocurriera el año pasado, tiene la capacidad de subir al podio, y quien sabe, de lograr la victoria final y entrar en la leyenda de este deporte. La gran favorita es la “invencible” Chrissie Wellington, vencedora de las tres últimas ediciones. Pero las cosas no siempre son iguales; por el momento, la lluvia ha sorprendido a los triatletas llegados desde todo el mundo.
En todo caso, Virginia es consciente de la dificultad que entraña derrotar, hoy por hoy, a Wellington: “Ella debe tener un día horrible para vencerla, y que yo esté en perfectas condiciones. Pero vengo con los deberes hechos, he entrenado a buen nivel, y sin presión, ya que he cumplido con los objetivos de la temporada”.
Y todo ello, tras superar un año, que lejos de ser fácil, ha supuesto una continua lucha de Virginia contra los infortunios. Dos han sido los accidentes sufridos por la triatleta de Spiuk mientras entrenaba. Aún así, y pese a un persistente dolor en el pie “con el que he aprendido a convivir”, Berasategui ha tenido tiempo de hacer podio en Abu Dhabi, Wildflower, y en el Campeonato del Mundo, así como vencer en Colonia y proclamarse Campeona de Europa. Así que “sólo me queda un pequeño esfuerzo más”.
Superando las dificultades
La excelente temporada llevada a cabo, pese a los sustos en forma de accidentes y lesiones, sólo puede entenderse desde la ilusión y el esfuerzo. Una ilusión que Virginia no ha perdido pese a llevar muchos años en el deporte profesional: “He tenido momentos de duda esta temporada, pero luego me doy cuenta de que soy una privilegiada por poder vivir haciendo lo que me gusta. Estoy con las pilas cargadas. Son los primeros días en Kona, y aunque es ya mi sexto año, siento como si fuera la primera vez. No me canso de esta sensación”.