Noticia de ciclismo publicada el a las 11:47h
en la sección de Carretera
Ofrecemos las últimas jornadas del jefe de prensa, Rafa Carbonero, en Portugal. Aunque el cambio de servidor nos ha retrasado, queremos cumplir con este excepcional trabajo. Aquí van las tres ultimas entregas, hasta la novena etapa, en la que Rafa tuvo que dejar la carrera por causas de fuerza mayor
9 de agosto de 2005. Concluye la jornada de descanso, en Castelo Branco, segundo día consecutivo en el hotel, por cierto muy bueno, el Tryp Colina do Castelo. Cuando os dije que estaríamos más de una noche solamente en Estoril, me equivoqué. Afortunadamente para todos nosotros. No veáis cómo se agradece pasar 2 noches seguidas en el mismo lugar.
Al no haber hoy etapa, le voy a dedicar este capítulo a esos grandes protagonistas del Spiuk, (y de cualquier equipo ciclista) que son los mecánicos y masajistas. Ya lo decía Lance Armstrong, que sin sus auxiliares de equipo nunca hubiese ganado un Tour. Son los pies y las manos de un director deportivo en cualquier carrera. Si ellos no funcionan, esto tampoco.
Empezaré por los masajistas. El responsable de los masajistas es el zafrense Josema García. Es el encargado de todo el material del equipo, menos las bicicletas y sus recambios. Esto es de los mecánicos. Con él es con quién me “peleo” cuando tengo que regalar algo. Dice que pido mucho.
Otro fijo en la plantilla del equipo es Jose Muñoz, natural de Jaén, masajista personal cuando está en su tierra del “Triki” Beltrán. Lleva en la estructura del equipo varias temporadas.
Por último, completamos la nómina con otro chico que ha venido en varias ocasiones con Spiuk, Asier, un bilbaíno que lleva metido en esto desde los 11 años. Lleva no se cuántos Giros de féminas, mundiales con varias selecciones, equipos amateurs, etc. Tiene historias para escribir un libro. ¡Me saluda a veces en japonés!
Su jornada diaria comienza muy temprano, dependiendo de la hora de salida de la etapa correspondiente, y acaba normalmente tarde. Preparan todo lo relacionado con equipajes de los corredores (bajar y subir maletas a los hoteles, lavar y secar la ropa) avituallamientos (preparación de bidones de agua y sales, pelar, cortar y envolver los alimentos que más tarde entregarán a los ciclistas). Todo lo relacionado con la alimentación tienen que salir a comprarlo casi a diario. Estén donde estén, tienen que buscarse la vida.
Normalmente, uno de ellos “hace hotel”, esto es cargar todo el material del equipo que no se llevará en carrera y sale hacia el hotel donde dormirá toda la plantilla la siguiente noche, volviendo a descargar dicho material y una vez que han asignado las habitaciones correspondientes. El otro masajista hace “salida y meta”, es decir, permanecerá con los corredores en la salida de la etapa, se marchará una vez que empieza la carrera por un recorrido alternativo a la zona destinada por la organización para el avituallamiento (la entrega de las bolsitas que con tanto éxito he realizado los primeros días), que suele estar más o menos a mitad de etapa. Una vez realizado esta operación, se marcha rápidamente a la zona de meta, para asistir a los corredores según vayan llegando. Si hubiese que subir a podio, los dejan “como nuevos” en cuestión de segundos.
Pero su función más importante, y como su nombre profesional dice, son los que al término de cada etapa y una vez en la habitación, son los encargados de descargar los músculos y recuperar a base de masajes a los fatigados ciclistas. Durante estas sesiones, masajista y corredor, establecen una estrecha relación. De hecho, hay corredores de renombre que no van a ningún equipo si no es con su masajista personal.
El equipo de mecánicos del Spiuk empieza con otro hombre fijo en su plantilla, Mariano Fernández. Es natural de Mérida. Lleva varias temporadas con el equipo y también metido en este mundillo desde hace muchos años. Emeritense, al igual que Mariano, es Miguel Blanco, el otro mecánico. Es la primera vez que viene con el equipo, pero creo que no será la última, de hecho ya tiene firmado hacer la Clásica de los Puertos, próxima cita de Spiuk.
Su jornada también empieza muy temprano, mejor dicho, tarde, pues una vez finalizada la etapa del día y llegados al hotel correspondiente, da igual la hora, comienza la limpieza y posterior engrase de las bicicletas. Todas, sin excepción. Si al día siguiente cambia bruscamente el perfil de la carrera o hay etapa contrarreloj, sesión doble. Son los responsables de que las bicicletas estén en perfectas condiciones.
Por la mañana temprano se encargan de la limpieza de los vehículos, revisan las ruedas de repuesto y las neveras con los bidones que se entregarán durante la carrera desde los coches y en general todo lo que hay que utilizar durante la etapa. Cualquier despiste de ellos, puede ser fatal para los corredores.
Durante la etapa, van sentados en la parte trasera del vehículo, rueda trasera y delantera a mano, y la nevera con los bidones de agua y sales, también. Y preparados para “tirarse” literalmente del coche, casi en marcha. También van anotando todo lo que dicen desde radio-vuelta, principalmente número de dorsales, para una vez identificado al corredor, pasar la información al director deportivo que será el que tome las decisiones correspondientes.
En resumidas cuentas, es un trabajo que por mucho que paguen, es bastante sacrificado. Pasan muchas horas trabajando y muchos días fuera de casa, pero sobre todo, para ser masajista o mecánico de cualquier equipo ciclista, tiene que gustar mucho el mundo del ciclismo.
Victoria de etapa
10 de agosto de 2005: Vuelve la competición. Tras la breve jornada de descanso de ayer, se hace corta para la mayoría de nosotros, hoy volvemos a esta grande pedalada, quinta etapa, volvemos a pasar por la Serra da Estrela. Los ciclistas vuelven a subir el Puerto de Torre, por otra cara diferente a la que subieron en la tercera etapa.
Como imaginábamos, han alterado el recorrido debido a esta lacra social que no conoce fronteras: los incendios forestales. Han recortado 26 kilómetros, al final quedan en 157, con final en la localidad de Gouveia, catalogado como alto puntuable de 3ª categoría.
La salida la tenemos en Monfortinho, localidad más cercana a nuestra querida Extremadura. En el control de firmas, me llaman unas personas, son de Coria y Moraleja, nos dan ánimos, saludan a varios de nuestros corredores y le desean suerte para la etapa. Uno de ellos, de Villanueva de la Sierra, conoce personalmente a Sergio Domínguez. ¡Qué menos que regalarles varios posters oficiales del equipo!
Comienza la quinta etapa. Me dice Alfonso que hoy pasaremos nosotros con el coche si algún Spiuk se mete en la escapada. Pronto se hace la fuga buena, en el kilómetro 27. Llevamos a Fernando Torres, El Llerena. Le acompañan doce valientes ¡con lo que les queda por delante, qué valor!
Justo cuando empiezan a subir Torre, por detrás los capos comienzan a acelerar el ritmo del pelotón, ¡lo van a destrozar en un segundo! Al poco del comienzo del puerto, son cazados todos, excepto algún “loco” que prosigue con su locura. La fuga ha durado 60 kilómetros. Adios Llerena, otra vez será. Más kilómetros de fuga sin premio para tu historial.
Van quedando los favoritos y los más fuertes. Hoy si está Ferrío con ellos, tiene ganas y buenas piernas. A medida que subimos el puerto, empieza a chispear, hay mucha niebla. La temperatura ha bajado 10º en pocos minutos y el viento pega muy fuerte de cara. El grupo delantero queda reducido a 21 hombres.
Me bajo del primer coche con impermeables, para montarme con Juan Carlos y Mariano que vienen por detrás y entregárselos a los ciclistas para el descenso. ¡Vaya rostros de sufrimiento! Apenas se les distingue, la niebla es densa. Por fin llegan. Mariano va entregando los impermeables. Hacemos un descenso prudente, el piso está húmedo y peligroso. Ellos, los corredores, a lo suyo. A todo gas hacia abajo.
Lo que se avecina. Seguimos el transcurso de la etapa por radio-vuelta y la emisora interna del equipo. Estamos parados para seguir a los nuestros que vienen por detrás, a unos 12 kilómetros de meta. El sonido cada vez se entrecorta más debido a la distancia entre los vehículos. Puedo escuchar al Cano azuzando a Ferrío: ¡¡vamos Jorge que hoy es tu día, ánimo campeón!!
Puede ser su día, efectivamente. Los que van a por la general, no buscan la etapa, de momento, aunque llegar a un sprint con Cándido Barbosa no es del agrado del Balilla. ¡ Arranca Jorge, ánimo campeón! A falta de 5 kilómetros, entrando en Gouveia, Jorge ha arrancado con todo lo que lleva dentro, que es mucho.
Desde el segundo coche seguimos con atención la información que va dando radio-vuelta. A Alfonso ya ni le oímos, estamos nerviosos. Por el lugar dónde estamos parados siguen pasando las diferentes grupetas de corredores, puedo distinguir a algún Spiuk. Está lloviendo ligeramente y no nos despegamos de la emisora.
Se nos hace eterno, ya he perdido la situación de carrera, aunque se que el “cabeza corrida” es el 143, pero no sabemos quién le sigue ni a cuánto, ¡se la va a llevar!… ¡Acaban de nombrar al 143 como vencedor de etapa! ¡Es el nuestro, es Ferrío, lo ha conseguido! Casi al unísono empezamos a gritar dentro del coche. ¡ Hemos ganaoooo !
Yo me bajo como loco, dando voces. Algunas personas que están a pie de carretera me miran asustadas, se preguntarán si me pasa algo raro. Me da igual, yo a lo mío, celebro a mi manera el triunfo de etapa. Es el primero que sigo en vivo y en directo con este equipo. Por allí pasan Aitor y Alfon. Se lo hago saber a gritos y pegando saltos, por supuesto. Ni emisora ni ná. Ellos se rien. El resto del pelotón, igual. Desde algunos coches de otros equipos también nos felicitan a modo de claxon. ¡Gracias compañeros, hoy es el gran día de SPIUK !
Al cabo de un rato llegamos a la zona de meta, hay mucho público. Me voy rápido hacia el podio, a ver si llego a tiempo para hacer alguna foto. Se escucha al speaker de la Volta, va a comenzar la ceremonia de entrega de premios.
Allí, en lo más alto, está Jorge Ferrío, sonriente. Se le ve muy feliz. A través de una pantalla de televisión enorme, justo encima del podio, están repitiendo la llegada del pequeño escalador. Me fijo con atención pues no tengo ni idea de cómo ha sido. Llega solo, mira hacia atrás, no viene nadie. Levanta los brazos y seguidamente se acaricia el estómago. La dedicatoria va para su esposa que está embarazada pero a punto de dar a luz y por supuesto para David, aunque aún no ha nacido.
A esto se le llama nacer con una VICTORIA debajo del brazo. Esta noche brindamos con champán… porque no tenemos cava de Almendralejo, claro. A las 9 de la noche debemos estar todos en la mesa cenando, sin excepción. Hay que celebrar este fenomenal triunfo. Aunque lo consiguió Jorge, es de todo el equipo. Pedimos champán e invitamos a los comensales que nos acompañan en el restaurante del hotel. Chin chin.
Objetivo conseguido. Objetivo cumplido
Nos hemos levantado felices. El objetivo de Spiuk se ha conseguido. No me imaginaba que esta prueba fuese tan dura. Y nuestro equipo está tranquilo, pero no va a renunciar a nada. Vencer una etapa en La Grandísima no está al alcance de muchos. Esta mañana temprano lo primero que he hecho ha sido encender la televisión para ver en las diferentes cadenas portuguesas el impresionante final de etapa de Ferrío. Pero mi sorpresa fue mayor cuando puse La Primera, ¡Ha salido hasta en las noticias de TVE!
A ver si toman nota en algunos medios de comunicación, sobre todo extremeños, que en nuestra tierra no estamos muy sobrados que digamos de noticias de este calibre. ¿Habrán conseguido estos chicos portada con este importante éxito deportivo?
Spiuk ha conseguido hasta el momento 5 victorias parciales y 2 vueltas por etapa, aparte de varios podios y premios secundarios en su primer año como equipo profesional. En el Correio da Manhâ se podía leer hoy este titular, que me gustaría destacar: “Com pernas de Ferr(i)o”, Con piernas de hierro. Así las tiene El Bala. Genio y figura.
A medida que pasan los días y van cayendo las etapas, se puede comprobar por las caras de los ciclistas, que el cansancio que llevan acumulado es mucho. Aún quedan algunos “huesos duros que roer”, sobre todo para aquellos que están luchando por la general. El ruso Efimkin les ha salido peleón.
Comenzaba la etapa a un ritmo de vértigo. Desde el principio los equipos implicados en la lucha por la camisola amarela querían dejar claro que no iban a dar tregua a los aventureros. Hoy me pude bajar en el primer paso por la línea de meta. Los Spiuk han estado otra vez dando la cara.
Primero ha sido Israel Pérez, el valiente corredor de Valencia del Ventoso. Más tarde, como no, Fernando Torres y el último en intentar la victoria de etapa fue Jesús Ramírez. A falta de 4 kilómetros lo intentaba de nuevo Torres, pero para entonces ya estaba preparada la maquinaria del LA-Liberty para dejarle en bandeja la victoria de etapa al veterano Barbosa.
He recibido esta mañana una trágica noticia que me hará regresar a España, el fallecimiento de un joven amigo. Donde quiera que estés, hasta siempre, Paco.
Rafa Carbonero/Spiuk
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