Joseba León continúa su periplo de pruebas por etapas a lo ancho y largo de la península, esta es la crónica de su última (hasta la fecha) aventura, la Vuelta a León BTT:
De todas las pruebas por etapas que he corrido, sin duda la Vuelta a León Btt es la mas "humana" de todas. A veces uno se deja impresionar por la fama y espectacularidad de los eventos mas potentes. Pero a mi ya no me engañan con globos hinchables, confetis de colores, sofisticados merchandising o invitados de lujo que no vienen a cuento. ¿Hace falta tanto plástico para disfrutar de la montaña? En la Vuelta a León Btt encontraras gente campechana, casi casi de pueblo, sin lujos ni extravagancias, pero con todos los ingredientes necesarios para vivir tres jornadas de autentico mountainbike.
El viernes tenemos una divertida contrarreloj sobre las colinas cercanas a la capital. Un bosque donde los chavales se divierten saltando y derrapando sobre circuitos que ellos mismos elaboran. Bastante técnico y divertido, pero de escaso peligro. El sábado es cuando empieza realmente la carrera, con un maratón en toda regla, una etapa larga, completa y muy variada. Y por fin el domingo es un poco más suave. Caminos por los que la bici avanza fácilmente, pistas que no aburren y zonas muy veloces que obligan a estar atento a la trazada.
León es una extensa planicie, pero en la zona norte tenemos los Picos de Europa. Constantemente vemos nieve de las cumbres mas altas. Ojo! Se ve pero no se toca! Las etapas son llevaderas y no hace falta que te pongas a entrenar 4 meses antes para disfrutar con dignidad. Una prueba apropiada para gente real, no para personas que quieren comerse el mundo. Villaobispo de la Reguera, Matalallana de Torio, Arlanza de León. Chorizo, cecina, queso, miel y pan. Autentico y genuino sabor a pueblo.
Una de las cosas que mas me ha gustado de la Vuelta a León, es que te dejen acampar al lado de la salida, y despertarte con el canto de los pajarillos con los primeros rayos de sol. Ya en acción he disfrutado del estado del terreno, ante la ausencia de trialeras ha sido el barro y los charcos los que han dado un toque técnico al recorrido. Sin grandes dificultades pero con cuerpo y alma de mountainbike, apenas encontraras asfalto ni cemento en todo el recorrido. Perfectamente se puede hacer con rígida, hasta que llegas a las vías abandonadas de tren en mitad de la segunda etapa, y no para cruzar sino para votar por las traviesas entre raíl y raíl. También me han hecho sonreír al cruzar pueblos sin cobertura telefónica en los que aún quedan paisanos que dicen -¡¡¡Aupa Indurain...!!!- Pero lo que mas me ha gustado sin duda ha sido la cerveza regional Kadabra que ofrecían en meta. Un placer oscuro y tostado que algunos rezagados no han podido disfrutar a tiempo por culpa de borrachos como yo.
He de confesar que me apunte solo porque el nombre de la prueba coincide con mi apellido. Pero después de vivir la experiencia, reconozco que me he quedado un tanto noqueado. Me han hecho reflexionar: Ya no quiero vivir en un quinto derecha del bloque C en el centro de una ciudad. No quiero agachar la cabeza y pasar de largo el ascensor porque ni siquiera conozco a los vecinos de la escalera de enfrente. Quiero irme a vivir a un pueblo. Arreglar una vieja casa de adobe y sentarme en la terraza con mi perro Bobi. Quiero conducir un tractor, jugar a la petanca los domingos, echarle piropos a la panadera Antonia, plantar tomates con mis propias manos, y aprender a ordeñar una vaca. Cosas sencillas que me hagan mas humano.
Volviendo al plano deportivo, destacar la actuación de Manuel Piñeiro (MTC Racing) venido desde Galicia. Un campeón que se pasó toda la vuelta en cabeza, sin dejarse dar un relevo por nadie, todo el rato con los codos abiertos y tirando del pelotón con el viento en contra. El único que se atrevió a adelantarle fue Brandan Marquez, pero una desafortunada caída cuando vestía el maillot de líder, le privó de lo que hubiera sido un bonito duelo con el gallego.
Entre las féminas, la mas "leona" de todas fue la guapísima Mónica Restrepo (Tres Lunas Valdeorras), siempre sonriente, atenta y muy simpática. Aún no se porque, pero en la ceremonia final a mi me llamaron dos veces al podium. Tal vez porque lo hice bien en alguna etapa, o tal vez porque después de meta siempre soy el primero en llegar al dispensador de cervezas. Ojalá fuese por ser el que más piropos le echa a la joven campeona, pero la realidad es que ya estoy en una edad en la que me dan trofeos por viejo. Tal vez sea hora de retirarme a un tranquilo pueblo leonés.
Por Joseba León, corredor del BZ Team, también te puede interesar:
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