Tras la segunda y última jornada de descanso la tercera semana del Tour de Francia adquiere una dimensión diferente de carrera. Las estrategias se rediseñan dentro de cada equipo en base a los resultados obtenidos hasta ahora, y la jerarquía ya está dibujada a grandes rasgos.
Además a estas alturas, los cuerpos de los corredores ya están tocados, no en todos los casos de igual forma, pero los más de 2.600 kilómetros recorridos desde Düsseldorf dejan sin duda huellas. Ese puede ser el caso de Marcel Kittel, que se mostró intratable en las etapas llanas, pero que palideció en las dos etapas de montaña del Pirineo y en Puy-en-Velay.
Tales esfuerzos no habrán disminuido la punta de velocidad del coloso alemán, pero su equipo cuenta ahora también con Dan Martin en el Top 5 de la clasificación general, y tal vez por ello ya no concedan la misma dedicación y el mismo esfuerzo a su velocista. Estos inciertos supuestos podrían dar esperanzas a todas las víctimas de la dominación absoluta de Kittel. Los Greipel, Kristoff, Bouhanni, Boasson Hagen o Colbrelli contarían con un cambio de contexto, mientras que Michael Matthews, ganador en Rodez, todavía podría aspirar a luchar por acercársele en la clasificación por puntos.
El australiano va montado en una buena ola y en caso de algún tropezón de Kittel, la situación daría un giro. La línea de llegada de Romans-sur-Isère, trazada por primera vez en el Tour de Francia, ofrece un escenario para este tipo de finales. Las localidades vecinas del valle del Rhône han acogido, en la mayor parte de la veces, llegadas masivas al sprint… en detrimento del chico de la región, el escalador Pierre Latour, al que no le queda otra que esperar un día más antes de llegar a un terreno más a su medida.
Los favoritos seguramente decidan guardar las fuerzas porque el miércoles llegan los Alpes con el temido Galibier.
fuente: letour.fr